Un domingo más, día de compartir aventura con los amigos de mtb Uxama, bici, casco, chubasquero, todo dispuesto, de pronto antes de salir de casa la cosa pinta mal, comienza a llover, el cuerpo pide salir pero la cabeza no opina igual, salir, no salir, ¿qué hacer?.
A la hora acordada en el sitio de costumbre, armados de valor, uno, dos, tres y hasta cuatro chiflados que tienen querencia por el asunto de la bicicleta se disponen a guerrear contra las nubes, el frío, los charcos, la lluvia..............................
Parece que el cielo está más claro por allá, determinamos entonces ir hasta Caracena por la carretera (en el camino habrá mucho barro), durante el trayecto de ida tenemos la compañía de eso que llaman calabobos, cae poco pero no deja de hacerlo, a medida que nos acercamos al pueblo llueve con más intensidad, no sin esfuerzo afrontamos la última subida por la calle que nos deja en la plaza.
Al amparo de un viejo tejadillo, en primera línea de plaza con una biga que hace las veces de banco para sentarnos, una parra-percha para la ropa, y unas vistas al rollo y la fuente, hacemos una pausa de unos minutos para cruzar unas palabras, meter alguna caloría a la tripa y retratar.
Iniciamos el camino de vuelta, ahora la carretera tiene más tramos de descenso, la lluvia nos da más en la cara ¡puto agua!. Por el camino encontramos diversos repechos que usamos para enzarzarnos en algún que otro pique (siempre nos pone firmes el mismo) y fundir las pocas fuerzas que poseemos.
A nuestra llegada al Burgo, con la lluvia cayendo toda la mañana sobre nosotros, aparcar la bici, fuera el casco y los guantes y así de mojados hacemos un esfuerzo para devorar un poco de tortilla y torreno.
Después de este remojón estamos muuuuuuu locos "el próximo día salimos aunque haga buen tiempo"
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