jueves, 28 de febrero de 2019

24-02-2019 Vuelta a la Gata

Nuevo domingo de Febrero caluroso. Nunca llueve a gusto de todos y a todo el mundo no le vendrá bien este tiempo de los primeros meses del año,  pero para salir con la bici es un día más que no admite excusas. Teníamos pensado hace una ruta por el Cañón del Rio Lobos pero las informaciones que nos llegan de buenas fuentes no lo aconsejan porque baja demasiada agua y habría que apearse de la bici unas cuantas veces, cosa que no nos gusta, así que se decide hacer nuestra ruta de “la gata” y llegar hasta la Ermita de San Bartolomé. Ya habrá días mejores para adentrarnos por el Cañón.

Salida hacia la pista de “las hermanitas” y kilómetros de tranquilidad por delante. Giro a la izquierda al llegar al cruce de Valdelubiel y la subida de rigor esperando. Al terminarla seguimos dirección Ucero por “la loma” y a los pocos kilómetros dos caminos a elegir, ¿izquierda o derecha? Algunos esperan que esta vez tomemos el de la derecha para evitar la visita a las “torres gemelas” pero nuevamente vamos a por todas y como si de un imán se tratara estas dos “cuestecitas” nos atraen hacia ellas. ¡Día grande! es la primera vez que nadie tiene que echar pie a tierra con las dichosas subidas, una espinita que había clavada y que por fin se sacan varios, solo por esto la salida ya ha merecido la pena.


Con la moral por las nubes nos dirigimos a Nafría, parada en el surtidor de agua para repostar y seguimos la ruta. A los pocos kilómetros iniciamos la ascensión de “la gata”, últimamente cogíamos el camino de la derecha pero esta vez elegimos el de la izquierda, algo más exigente. Las máquinas han hecho su trabajo y han dejado el terreno para subirlo sin complicaciones y una vez arriba comienza el bonito descenso, peligroso y con alguna zona de barro que nos deja junto a la Ermita.




Hora de regresar, subida meteórica al Castillo de Ucero para no quedarnos cortos de kilómetros y vuelta a la pista que nos vió salir por la mañana con algún que otro “tirón”, unos que animan el ritmo y otros que castigan las piernas. Terminamos la jornada con un buen almuerzo para el que todos estamos entrenados y no necesitamos relevos.

jueves, 21 de febrero de 2019

17-02-2019 Ruta de la Lana, ...vaya tela

Domingo de Febrero, a gustito en la cama, suena el despertador y hay que levantarse. Bueno, obligación no hay pero que tendrán las salidas domingueras que hacen que se venza rápido a la pereza y nos levantemos con más alegría que el resto de los días. Diversión, risas, compañerismo, deporte,…, creo que son suficientes razones para salir. Además, hoy no es un típico día invernal, luce el Sol y aunque a primera hora refresca, las temperaturas previstas serán muy suaves. Todo esto se nota al llegar al punto de reunión y ver que hay más afluencia que de costumbre, como mola.

La “ruta por decidir” ya está decidida, vamos a hacer parte de la “Ruta de la lana”, bicicletas a rodar, pequeño parón visto y no visto por un tornillo que necesita un apretón y a los pocos kilómetros parada un poco más larga por una cámara que pierde aire.  Interrogatorio al canto, ¿es antipinchazo?, ¿cuánto hace que no le metes líquido?, y ya puestos, ¡como la llevas!, ¡a ver si la lavas!, …, buen rollito, por suerte parece que el líquido hace su función y sella el pinchazo así que arrancamos de nuevo y tomamos la carretera de Navapalos. Desvío a la derecha, unos que si por aquí otros que si por allí, lo mismo dá porque los dos van hacia arriba y tras la bajada nos dejan en Ines.

La siguiente subida, de varios kilómetros, se deja llevar pero anima a algún que otro pique y se hace larga. Una vez reagrupados nuestro siguiente destino es Atauta. En el pueblo nos gusta darlo todo en la subida sabiendo que arriba haremos la parada del almuerzo con las bonitas vistas que nos ofrece el lugar. Pero al comenzar la ascensión una cadena dice basta y se parte, así que mientras unos observan desde arriba el espectáculo a otros les toca ponerse manos a la obra para reparar la avería (cada vez son menos los que nunca han roto una cadena pero comprobamos que aún existen).


Después de comer, beber, conversar y retratarnos en el lugar, continuamos hacia San Esteban, rato malo con el aire en contra, ¿dónde estaba antes?, que poco lo apreciamos cuando va a favor. Parada en el semáforo del puente como ciclistas civilizados y subida hacia la Atalaya de Quintanilla, ¡vaya cuestas!, hay que ser muy duro para no echar pié a tierra hasta arriba en un momento u otro.


Decidimos volver por zona “Niskalo” para estar más resguardados y no sufrir con el aire pero el terreno es rompepiernas y a casi ninguno le sobran las fuerzas así que cada uno con sus pesares hasta llegar al destino. Ahora sí, buen surtido de viandas y unas birras.
Y la pregunta final es: ¿Merece la pena toda la mañana pedaleando para, en un momento, recuperarlo todo o más? Pues, con este grupo,rotundamente SI. 


miércoles, 30 de enero de 2019

Caza, viento, barro 27-1-19

Ayer sábado soleado y temperatura más que agradable, hoy domingo día de bici, más nubes que sol, frío de enero, el aire advierte que va a ser compañero de viaje, ¡igualico que ayer!. Fieles a la cita, hola guapa (saludo a la nueva maquina) siempre con ganas bici enristre se urde el plan. Hoy toca lidiar con el cortafuegos enseguida aparecen los primeros jadeos, los turrones todavía campan por el organismo, sube, baja, grava, charco, pinos............... ¡coño cazadores! un imprevisto que obliga a cambiar el plan.
Nuevo diseño y a darle al pedal, el camino de esos que gustan, abrigados del viento, estrecho y áspero con las ramas acariciando los costados, con un puntito de subida conduce al grupo hasta el momento del tentempié.


De nuevo en marcha un mano a mano contra el aire que como siempre da de cara y con algo de barro para adornar la bici por todas partes para recuperar ritmo tras la parada del almuerzo, muchos cruces después paso sobre el Abión y a la izquierda, recordando el paso por este sitio aquel día de junio, hoy menos blando pero más ventoso. Ya está chupao, algunos ya pensando en el piscolabis hasta que ¿por qué no vamos a las antenas?, cruce de miradas y aprobación de quienes van más justos así que ahora si, meter platillo, murmurar algo sobre las antenas, acelerar un poco el corazón y las antenas al saco, ya si, últimos metros de descenso sorteando los pinos y al refrigerio.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Fortaleza Califal de Gormaz 9-12-18

La cama abrazando, el desayuno dominguero, el sol despuntando, la bici a punto, la catedral esperando, las diez en el reloj, la ruta por decidir y con los bolsillos repletos de ganas de bici. Primeros compases para constatar cual de los presentes está más oxidado, Por el camino un poco de "parriba" con algo de  "pabajo" para compensar, ya vamos recordando lo es esto de pedalear, se va avanzando hasta encontrar esa cuesta en la que hay que echar mano a los frenos y tirar el culo "patrás"  que la bajada invita a ello.


El grupo atraviesa la carretera y con un ojo en el camino y el otro siempre puesto en lo alto comienza el ataque, ¡¡¡¡¡prepárate Gormaz!!!!, en esta aventura hay que evitar algún charco, hay que sortear algún coche, hay que encarrilar la rueda entre los chorreros, hay que jadear, jadear y jadear, y encima no hay que dejar de pedalear.
Ya está medio vencido, a la altura de la ermita ya nada de baches, sólo hay que bajar piñones (echarle huev....).quería decir echarle coraje, resoplar, que no se escape el de delante, empuñar bien el manillar y arriba el repecho del aparcadero y arriba el de la entrada a la Fortaleza.

LAS FOTOS AQUÍ


Un instante de reposo para recibir los halagos de los turistas y hacia abajo cagando leches en busca del monte y las cuantiosas piedras de una subida ¡vaya traqueteo! ,calzada romana dicen, que ya va escociendo en las piernas de más de uno. Aún hay algo de energía para algún que otro toma y daca entre los pinos. Al terminar toca ajustarse bien la chaqueta, poner cara de cansado y hacerse del ciclista entre el turisteo.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

2-12-2018 La gata

Domingo de diciembre con buen tiempo, no hay posibilidad de lluvia así que no hay excusa, nos vestimos de ciclistas, despertamos a nuestras bicis y salimos con ganas de divertirnos y hacer deporte. Ruta por decidir, se aceptan propuestas antes de emprender el camino y una de ellas es hacer algo nuevo. Pero las opciones nuevas aportadas no nos convencen mucho, mejor eso lo dejamos para otro día, hoy mejor no hacer experimentos e ir a lo seguro que ya de por sí siempre es distinto.

La pista de "las hermanitas" este año nos ha visto menos de lo habitual pero hoy la rodamos los primeros kilómetros de la ruta. Pasamos de largo por la subida de costumbre y casi llegando a Sotos nos desviamos a la izquierda para empezar a ascender. Un par de kilómetros al alcance de todos, uno de rápida bajada y nuevamente otros dos hacia arriba nos terminan de despertar y con esto ya podemos dar por terminado el calentamiento.

Ya vamos rodando por zonas más conocidas y esta que hemos tomado nos lleva sin remedio a "las torres gemelas". El terreno está inmejorable para atacarlas y algunos las superan sin problemas, otros sin embargo son vencidos por la pendiente. Ya reagrupados, un giro escondido a la izquierda nos enseña el camino para llegar a Nafría de Ucero. Unos minutos de avituallamiento y conversación en la plaza y retomamos la marcha.

Ahora viene la subida más larga de la ruta y que conocemos como "la gata" sin la cual no podríamos disfrutar de la espectacular bajada que nos permite llegar hasta la Ermita de San Bartolome, no sin antes hacer una breve parada para contemplar el paisaje y tomar unas fotos.


Camino de vuelta por el Cañón, con bastantes visitantes contemplándolo y propuesta de subir al Castillo de Ucero. Aunque hay alguna opinión reticente sobre esta visita, finalmente todos aceptamos el reto y lo superamos. Ya solo nos queda volver a casa entre senda y pista, sin calentones que hoy no tocan. Hoy los perdonamos pero el almuerzo no.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Miño 21-9-18

Zapatillas, guantes, gafas, algo de abrigo, el artifice del sarao de hoy dice que hay que retratarse antes de cabalgar, pues nada foto por aquí y foto por allá, lo que haga falta.
Ya metidos en faena que si hace fresco, que si el año anterior pasamos o no por aquí, que si de esta subida no me acuerdo, que si esto es nuevo, que si la abuela fuma.............................
¡Coño! pues si del cochón este informando del nombre de la ruta de ese si me acuerdo y ya nadie se acuerda del fresquete que hacía hace un rato. Un monte de encinas nos escupe a una senda de entrada a Cenegro y unos pocos kilómetros después llegando a Fuentecambrón resulta que hay unas recurvas tirando como para arriba apropiadas para dar algo de guerra.



Una breve parada, que se hace demasiado larga, para juntar a los de delante con los rezagados y así saltar al otro lado de la 122. Terreno favorable, rápida bajada hacia Santui y no menos veloz galopada hasta llegar a Piquera. Ahora a por el mirador, un sendero que al mirarlo despista parece que no se va a dejar, hace que más de dos echen pie a tierra, pero en peores plazas hemos toreao y en un periquete el mirador se da por conquistado.
Unos dicen que sufriendo otros que no tanto y otros disfrutando camino del avituallamiento, viñas, encinas, ¡arenaaaaaa!, viñas, Atauta en lo alto, las bodegas abajo, el rancho preparado y la mirada con deseo a la subida al pueblo (hoy no toca). Parada obligatoria para engullir los manjares que nos aguardan, no falta de "naaa", meter barriga, unas fotos, un último trago al porrón, una meada y arreando hacia Peñalba, pronto paso por las calles impacientes ¿por qué?.....................



LAS FOTOS

El camino desaparece, las piedras manan, talud a los lados, la bici patina, en fila metidos en el barranco negociando curvas "paquí y pallá", una rampa para abandonar el barranco, a ver si pillo al de delante, el sudor aparece al fin, jadeos y mas jadeos, un giro a la izquierda tomar un poco de aire y rampa de esas de platillo pequeño, ya esta chupao recto y a la derecha hacia donde se oyen los gaiteros y Miño a la vista.
Unos aparcan ya la bici otros con ganas de más se aventuran a explorar el monte del otro lado con la fortuna de tener un mano a mano con una cuesta que da la puntilla a alguno y una bajada para poner a prueba los frenos. No hay ducha, si cerveza, alubias y arroz

jueves, 27 de septiembre de 2018

Olmillos 23-9-18

Con la bici a eso de las nueve en la plaza de Olmillos, una ojeada a izquierda y derecha y de derecha a izquierda para calmar el curioseo........................., ruedas grandes, ruedas pequeñas, ruedas intermedias, los anfitriones y los invitados, enseguida se barruntan las bicis que navegan subiendo, las que se deslizan en bajada y a las que hay que empujar.
El convoy abandona Olmillos rumbo a Ines que sin novedad queda atrás, por el sur remontando una tachuela en marcha hacia la muela de Quintanas Rubias (para situarnos es donde el cohete). Siguiente parada con bajada y no sin algún tropiezo que no estaba en el plan a la vera del arroyo de las caracolitas dando más faena que nunca a la fuente de Hoz de Abajo, entre trago y trago se oye murmurar algo sobre una cuesta ¿que será?.


De nuevo en movimiento con los bidones repletos de agua y el "runrun" de la cuesta en la mente, hasta que al fin aparece la jodia cuesta, desnivel importante, firme inestable de narices y el "runrun" de antes se convierte ahora en  ¡buf, buf, buf, buf, buf, buf ! vaya tela con la rampa de los coj........
Enseguida se divisa Caracena y sobre el tapete dos opciones, muchos optan por una bajada cómoda por el asfalto y unos pocos eligen la opción algo más compleja por el sendero. Al paso por el avituallamiento una voz grita ¡venga, venga, venga hasta el castillo! ja ja ja ja ja ja que cachondo (al castillo dice y que se caliente la cerveza) .Aún así los más testarudos o quizás sean menos cerveceros dicen que suben y al poco una de retrato con el castillo.



De vuelta por territorio conocido por las tropas de Mtb Uxama con la panza colmada de manjares  hay ganas de dar un poco de alegría a las piernas así que como dice alguno por ahí "baja piñón coño". 
Para poner fin unos tragos en el bar antes de compartir mesa y mantel bicicleteros, escopeteros, cocineros y demás pobladores.