viernes, 19 de junio de 2020

14-06-2020 La gata y el gato


Dudas a primera hora sobre el vestuario a elegir para la ruta de hoy. Unos prefieren pasar algo de frío en los primeros kilómetros y otros optan por llevar algo más de ropa aún sabiendo que muy probablemente les sobre cuando la temperatura ambiental suba unos grados y el esfuerzo caliente los cuerpos.

Los primeros kilómetros por la pista de “las hermanitas” son agradables y tranquilos, bueno, lo justo para poder rodar y hablar algo al mismo tiempo. Al llegar al cruce de Valdelubiel empezamos la primera subida. Como lo prometido es deuda, en esta primera ascensión hay que hacer mención especial al “Secre” que desde el primer metro se pone en cabeza adelantándose unos metros a los demás y no cede la posición hasta que cambiamos de camino y unos ruidos desconocidos le obligan a parar por precaución.

Seguimos por “la loma” los siguientes  kilómetros y al llegar al cruce de las “torres gemelas” los primeros deciden saltárselas y coger el camino de la derecha ante la desaprobación de los de atrás que estaban deseando verlas, otro día será, hoy mejor un tramo más tranquilo y sin cuestones que nos puedan descabalgar, ¡que estamos en pretemporada!

Llegamos a Nafría de Ucero y hacemos una breve parada para repostar agua. Le hacemos el examen a la decoración del pilón que ha quedado elegante y seguimos la ruta para acometer la segunda ascensión del día y ganarnos el plátano. Bonita cuesta, todos en silencio y con ganas de ver el final.



Un pequeño descanso y seguimos con un gran descenso que en los primeros metros se nos corta porque alguien se ha merendado el camino dejando un bonito campo de terrones que nos hacen tener algún amago de salir por delante del manillar, así que mejor pasarlo a pie. Doscientos metros de suplicio antes de volver a montar para, ahora sí, bajar hasta la Ermita del Cañón (descenso bautizado hace algunos años como el de “la gata”). ¡Qué bajada, siempre nos viene algún recuerdo a la cabeza!



Unas fotos para la “nube” y dirección a la subida al mirador de las Gullurías, tercer ascenso largo del día y el más duro. Mejor no animarse mucho al principio que el desnivel se las trae y luego se paga. La verdad que cuando se baja esta cuesta parece muy difícil de subir, pero luego no es de las imposibles, ni mucho menos.
Otro descenso meteórico por la cuesta del “gato” para llegar a Ucero y cogemos la pista de vuelta a casa. En Sotos alguno quiere subir por la “sorpresa” del Niskalo, ¡venga ya!, menos mal que de esta también nos libramos y vamos directos a Valdelubiel. Desde aquí  nos metemos por la ¿senda? que lleva a Barcebalejo y que hay que inventársela debido al tamaño de las hierbas y… como no hay dos sin tres un regate inesperado también nos libra de la subida al caño. ¡Vaya ganas que había hoy!


De lo que no nos libramos es de sentarnos en la terracita a tomar algo antes de acabar la jornada.



1 comentario:

JOSE ANGEL PEREZ BARRRIOS dijo...

Bonita crónica de un gran día, habrá mas