jueves, 13 de febrero de 2020

09-02-2020 A por la lana

Hoy tiene pinta de ser un gran día, el Sol parece que no se quiere asomar pero no hace mucho frío, para estar en febrero, y no hay previsiones de lluvia. Acudimos a la cita un buen número de ciclistas lo cual hace que aumente la diversión porque la bicicleta, como tantas otras cosas, se disfruta más en compañía. Estamos avisados de que hay algunas zonas por las que mejor no ir ya que hay escopetas cargadas y no queremos riesgos así que nos dirigimos hacia la zona de la ruta de la lana, más tranquila y segura.

Nada más salir ya hay unos cuantos voluntarios para tirar del grupo, ritmo alegre pero al alcance de todos y con el pelotón agrupado, comiéndonos los primeros kilómetros sin enterarnos por caminos y carreteras en ligera bajada. Después de pasar los manzanos de La Rasa y el desvío hacia Navapalos hay un giro a la derecha que nos hace abandonar el asfalto y empieza a subir. En estos momentos se acaban las conversaciones amigables, el grupo se va separando y se escucha algún jadeo que otro.

En la bajada a Ines nos reagrupamos y sin dar tiempo para relajarse iniciamos otros tres kilómetros de ascenso en los que volver a probar las fuerzas. Tras llegar al alto los siguientes minutos son para disfrutar muy juntitos y comiéndonos algún que otro charco. Buscamos un camino que no aparece y descendemos por uno sin salida que nos toca desandar, una cadena que se queja sin ser escuchada  y a la que se pone en su sitio de un tirón y seguimos hacia Atauta con su bonita cuesta de acceso en la que se puede echar el resto ya que arriba nos espera el descanso.

Diez minutillos de parada, fotos, charleta distendida y a comer el plátano, cada uno el suyo, y mientras tanto un par de buitres sobrevolando nuestras cabezas por si hubiera algo que echarse al pico, pero de momento no.



Antes de quedarnos fríos reanudamos la marcha, pronto las piernas vuelven a despertar y desde lejos vamos divisando un camino corto pero muy “pingao” del que no nos vamos a librar. Se requiere destreza, técnica, fuerza y una pizca de suerte para subirlo sin echar pie a tierra pero lo subimos todos, bueno…., sin bajarse de la bici solo dos, los demás a patita de la mano con las bicis.



Desde aquí bajada rápida a San Esteban, con parada en el semáforo del puente que siempre lo encontramos en rojo y por la senda del rio nos acercamos al final. Nos desviamos un poco para subir un par de cuestas más comprobando a quien le quedan piernas todavía y una sugerencia de subir a la Atalaya de Uxama. Pero se queda en eso porque algunos prefieren ir ya a almorzar y en el tema del beber y el comer no podemos dejar que nadie se escape.


Más fotos aquí

¡Qué bueno está todo y como entra! ¡Vaya jornada! Tenía pinta de ser un gran día y lo ha sido. 




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, parece que no lo pasais mal
AAAAhhhhhhhh!!!!!!! la envidia me corroe!!!!

Unknown dijo...

Muy buena crónica, gran jornada