Pausadamente, unas más oxidadas que otras, se va quitando el oxido de las patas, recorriendo pista y camino, mezclando enebros y baches con chaparras y grava, y enredando entre ágiles bajadas y jadeantes subidas hasta tropezar con el armazón de hierro, aquí unos minutos de tregua.........
Y la aventura continúa, los perros que ya no están, los corzos que pasan a saludar, y entre el crujir de las hojas de roble curva va curva viene larga bajada hasta la dehesa, más y mas caminos ........hay que ir hacia allá o sea que toca llegar hasta la loma, más adelante bajada con trampa antes de vadear el Ucero, ¿Recogemos? ¿más?. Venga si, por una senda ondulando al "precaño" y esto ya está liquidado,
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