jueves, 10 de octubre de 2013

LA RUTA DEL VINO O...

LA BUENA HERMANDAD ENTRE DOS PUEBLOS


Siempre he dicho que no sabemos la ventaja que es tener dos pueblos como El Burgo y San Esteban tan cerca. En una provincia desertizada como la nuestra, dos poblaciones que suman entre las dos más de 8.000 habitantes, ofrecen muchas posibilidades económicas y por supuesto culturales y deportivas. Deberían constituir una especie de Frente Occidental frente a la abusona Soria.

         

La prueba de lo que digo fue la ruta que nos organizó Alberto Carrasco por los alrededores de San Esteban. Bautizada como “la ruta del vino”, ciclistas de los dos pueblos disfrutamos como enanos recorriendo los caminos y senderos que unen San Esteban, Soto, Aldea, Atauta y Piquera. Y siempre con las precisas explicaciones de Alberto, que tan pronto nos hablaba de un antiguo camino, un monasterio abandonado o las famosas tetas de la reina sobre  Peñalba. Bicicleteamos entre cuidados viñedos, encinares y campos recién arados. Dura la subida desde Piquera hasta los colmenares de las Fuentes (espero no columpiarme mucho con la toponimia local) que nos llevaría a un elevado mirador sobre toda la comarca para volver de nuevo hasta el cortado sobre el que Atauta se asoma al Arroyo de la Laguna y sus bodegas. Vista Atauta desde aquí se entiende el dicho de “si das una vuelta a la iglesia de Atauta se te quita el dolor de muelas”. Sin duda una de las más bonitas imágenes de la ruta.
¿Y cómo terminamos? Pues en las famosas bodegas colgadas de San Esteban donde repusimos las fuerzas gastadas (46 Km.), con unos magníficos huevos fritos y chorizo a la brasa elaborados por Gerardo y Miguel, regados con el vino de la tierra y un licor artesano de escaramujo de chuparse los dedos.


Como dijo Jose, hay que repetir la experiencia, esta vez en El Burgo y nosotros haciendo de anfitriones de esta magnífica gente. N.O.

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