viernes, 27 de noviembre de 2020

22-11-2020 Ucero - Pico Navas - Ucero

 

Para la ruta de este domingo se habían planteado varias alternativas pero finalmente pensamos que no es momento de aventurarse a lo desconocido y decidimos ir a lo seguro. Mucho frío a primera hora mientras cargamos las bicis en la furgo para ahorrarnos unos kilómetros y empezar a rodar desde el aparcamiento del bar del Cañón.

El primer tramo, por el “Cañón de Valderrueda”, se hace realmente duro, temperaturas hasta de -4 grados que se notan especialmente en manos, pies y cara. Terreno helado y escarchado por el que se rueda perfectamente y nos divierte con su serpenteo, solo el frío nos amarga un poco estos primeros kilómetros.

Cuando llegamos a la carretera rodamos un momento sobre el asfalto hasta llegar a Casarejos y ascendemos por la pista que nos encamina hacia San Leonardo. Subidas y bajadas largas por pistas anchas que nos permiten rodar alegremente. A la misma velocidad que llegamos al pueblo, lo recorremos y lo abandonamos en dirección a Hontoria del Pinar.

Por aquí el terreno va cambiando. Pista, senda, caminos, roderas, barrillo, en fin, nada que nos desagrade pero que nos mantiene más concentrados que en otros momentos. Cuando vamos divisando Hontoria se da el aviso de que paramos en la fuente para comer la barrita y hacernos a la idea de que lo duro de la ruta va comenzar. Un breve descanso y rápidamente volvemos a montar para continuar con lo planeado.



Nos dirigimos a la subida hacia el Pico Navas, la más dura de la jornada con la que en poco más de dos kilómetros ascendemos doscientos metros.  Terreno inestable que por momentos a los menos técnicos está a punto de descabalgar pero que finalmente todos superamos sin echar el pie (algunos incluso siguen ascendiendo, por error, una vez llegan al cruce).

Tras una breve bajada volvemos a subir piñones para superar una nueva cuesta. En esta ocasión menos larga que la anterior pero también con rampas muy empinadas y después de superarla tenemos un  descenso meteórico hasta el mirador de Costalago donde echamos un vistazo rápido a las espectaculares vistas que nos ofrece.

Desde aquí seguimos nuestra ruta por caminos que difícilmente recorreríamos de no ser por el vicio de la bici. Un par de cuestas con sus correspondientes bajadas que nos hacen pasar de la provincia de Burgos a la de Soria y el peligroso descenso hasta el puente de los siete ojos para de nuevo introducirnos en el Cañón buscando los últimos kilómetros.

Un error de cálculo hace que nos metamos por un camino distinto al previsto y tenemos que retroceder los pocos metros recorridos porque el terreno estaba impracticable y como la hora se nos va echando encima decidimos no arriesgarnos en nuevas conquistas y volver por los caminos del Cañón tantas veces recorridos.

Si rodar por aquí normalmente se hace duro, en esta ocasión estos últimos kilómetros son para olvidar. A los incontables pasos sobre las piedras del rio hay que añadirle que hay muchas zonas de barro que hacen que las bicis patinen como si de hielo se tratara por lo que no disfrutamos de este tramo todo lo que nos habría gustado. Pero bueno, es lo que toca.

Por último, desde la Ermita al aparcamiento nos quitamos el gusanillo de la velocidad reprimida anteriormente y en un plis plas estamos en los coches de regreso a casa.

Conclusión: Buena ruta, bonita y divertida pero por el Cañón…… mejor en verano.

Track en wikiloc










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