Primeros kilómetros apelotonados con buena porción de charla, por el valle al lado del prado poco a poco los pinos envuelven al grupo, por aquí están las vacas los caballos y para bufar un poco las curvas en zigzag de la subida al mirador de Costalago.
El camino más roto, la ascensión continua, los piñones mas bien grandes, la chicharra que no para de cantar, ¿cuando se baja no canta o qué? jadeo va jadeo viene, un poco más y ya está, mirada a uno y otro lado y ¿como explicarlo? ¡unas vistas que te cagas!.
Comienza el descenso desandando el camino por el que se subió hace unos días, el piso se pone más inclinado por momentos y es preciso tirar de freno en algún lugar, curva cerrada, losa de piedra, curva hacia el otro lado y la bajada en el bolsillo, unas pedaladas más y hora de almorzar.
Habiendo comido y provistos de agua llega el momento de arremeter contra el cañón, un sendero colmado de piedra por el que hay que afinar con el manillar para no tropezar con los pinos y que contraataca forzando la rotura de una de las bicis, como hoy tenemos botiquín una cura de primeros auxilios, un poco de cinta aislante y como nuevo.
FOTOS
VIDEO
1, 2, 3, 4, 5, 6, y 7, pues si tiene siete ojos el jodido puente, es necesario vadear río varias veces antes de encontrar alguna poza con agua, la vista puesta en el sendero a la vez en las paredes de roca y en los nenúfares para no perder detalle, por ahí Valderueda, la presencia de turistas indica que San Bartolomé está próximo, un par de pasos sobre el agua, colocarse bien el maillot y en fila por el puente de madera a la ermita , para finalizar, paseo hasta Ucero pensando en la cosa del comer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario