Sabado 1-6-2019
Víspera de nuestra séptima marcha
(como pasa el tiempo), ahora sí que sentimos que llega la hora de la verdad. A
todo el trabajo en la sombra de tantas semanas y meses atrás se le dará sentido
mañana, toda esa labor sin la cual una marcha como esta no pasaría de un simple
sueño por realizar.
Las tareas de la última semana son
más agradecidas porque estas sí que salen a la luz y se dejan ver. Los
recorridos están marcados, las mesas y sillas colocadas en el Centro Polivalente,
las bolsas de los ciclistas preparadas, lo que se podía avanzar en cuanto a la
comida también se ha hecho,..., en definitiva, aspectos que van a ser
importantes en la calificación final de los visitantes.
Hoy por la mañana un grupo sale a
balizar e ir dejando bien señalizado todo el recorrido, lógicamente no se puede
dejar todo cerrado y se terminará mañana. Por la tarde se monta la rampa en las
escaleras del puente sobre el río Ucero y se empiezan a entregar los dorsales,
además de los preparativos que los voluntarios avanzan en las materias
encomendadas (lavadero de bicis, duchas, comida y bebida, vehículos de
asistencia, etc).
Ya solo queda esperar a mañana y que todo salga bien.
Domingo 2-6-2019
La noche ha sido larga para
algunos, aunque el despertador tenía que sonar pronto no ha sido necesario su
aviso para levantarse. Desde primera hora se comienza a marcar, cerrar y
señalizar lo que queda del recorrido. Otros montando carpas en
avituallamientos, asistencia, cronometraje, salida y meta.
A las siete y media se vuelve a
abrir la entrega de dorsales y sin prisa pero sin pausa se van acercando los
ciclistas a recogerlos. La Plaza va cogiendo color festivo, los cientos de
voluntarios se colocan en sus lugares y la hora se acerca. Unos 450 deportistas
dispuestos a tomar la salida y pasar una jornada de diversión y esfuerzo.
A las nueve y media, con total
puntualidad, echan a rodar las bicicletas. Tres kilómetros de salida
neutralizada, con varios miembros del MTB Uxama en cabeza controlando el ritmo
y al llegar a la pista que lleva a Alcubilla comienza la marcha, desde aquí a cada
uno le toca disfrutar o sufrir según sus posibilidades y elegir la ruta que
mejor le venga, corta o larga. Este año, por primera vez, no hay nada de barro
en el recorrido, terreno seco y con alguna zona de arena, exigente como
siempre.
La ruta transcurre según lo
previsto, lógicamente hay alguna caída y algunas bicicletas averiadas, cosa que
estadísticamente es inevitable cuando se junta tanta gente. Avituallamientos
bien surtidos cada poco y público y colaboradores animando e indicando por
donde ir en cada cruce que ofrezca una posible duda.
Desde las once y cuarto comienzan
a llegar ciclistas a la línea de meta en un goteo constante que no termina
hasta las dos de la tarde. Todos se merecen un aplauso por haber terminado la
prueba y ahora les toca seguir disfrutando de la jornada.
Los alrededores del centro
polivalente se van llenando de participantes y acompañantes. No falta el
picoteo y la bebida para hacer más amena la espera mientras se termina de
preparar la comida y sobre el horario previsto se entra al comedor. Más de 500
comensales con tres menús a elegir, buen trabajo de los cocineros y
colaboradores que cumplen con creces su misión.
Terminada la comida se procede a
la entrega de los premios, unas palabras de agradecimiento y la jornada se dá
por concluida entre aplausos. Desde este momento, y durante unos días, de nuevo
hay trabajo en la sombra que realizar para que todo quede como antes, mucho que
recoger y limpiar. También se harán valoraciones, antes de que se enfríen,
sobre los aspectos positivos y negativos de esta “VII Ruta del Nískalo” para
seguir aprendiendo y mejorando en futuras ediciones.
Fotos y videos de la prueba en este enlace
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