Otra ruta de las habituales para el club es la visita a “La
Fuentona”. Una vez al año hacemos la visita para comprobar que todo sigue en su
sitio aunque en 2017 por unas cosas o por otras al final no se pudo hacer. Dos años de espera que se han pasado muy
rápido y a los que ponemos fin con la salida de hoy.
A las nueve de la mañana estamos preparados con nuestras
máquinas y emprendemos el camino. Un poco de callejeo por el pueblo y en un
momento ya estamos en el tedioso cortafuegos. Los 20 primeros kilómetros ya sabemos
que son así, suavecito para abajo y suavecito para arriba, piedra suelta de vez
en cuando y dar pedales mientras se conversa.
Cuando por fin damos cuenta del cortafuegos nos metemos en el
robledal que lo continúa y nos ponemos en fila india y atendiendo al terreno
para que no nos pille algún obstáculo repentino desprevenidos. Después un poco
de pista hacia abajo para probar los frenos y otro poco de monte haciendo
camino.
Cerca ya del destino giramos a la izquierda para pasar por una
“supuesta” senda junto al río. Debido a la altura de las hierbas el camino, en
buena parte, hay que imaginárselo y hay algún trozo en el que hay que subir por
pequeñas rocas y las bicicletas no están por la labor de llevarnos encima, pero
es poco trayecto y el paisaje merece la visita. Ya estamos al lado de Muriel de
la Fuente en donde paramos para coger agua “caliente” y desde aquí hasta “La
Fuentona” es un pequeño paseo.
Diez minutos para almorzar, plátanos, barritas, geles,
pastelitos, un purillo, … cada uno lo que le apetece y camino de vuelta. Parada
en el manantial para coger agua fresca, esta sí que sí, y hasta la próxima.
Los primeros kilómetros del camino de regreso son en buena
parte los mismos que en la ida. El paso por el agua nos deja una bonitas fotos
para la posteridad y lo que antes era cuesta abajo ahora se ha dado la vuelta y
pica. Cuando cogemos el desvío para no tener que repetir cortafuegos los 20
kilómetros que nos quedan son prácticamente de bajada para recuperar el
desnivel acumulado. Bajada no muy relajante pero que nos anima, paso sin pausa
por Barcebal y Barcebalejo, una rotura de cadena para hacer tiempo y llegada
sobre el horario permitido.
Nos tomamos la cerveza y a casa, otro buen día de bici.
FOTOS AQUÍ
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