viernes, 20 de julio de 2018

15/07/2018 Por el Cañón de Valderrueda

Hacía tiempo que queriamos hacer la ruta de hoy, una etapa de no muchos kilómetros y sin grandes cuestas pero en la que hay que poner gran atención por donde se pasa porque cualquier descuido puede acabar desmontándonos de la bicicleta. El perfil se hace ideal para que la gente que ayer estuvo participando en la XIX Media Maratón del Burgo de Osma no sufra en exceso.

Tomamos la salida desde Ucero enfilando la senda que nos lleva hasta le entrada del Cañón del Río Lobos sin pisar la carretera, cosa que se agradece. Desde aquí camino tantas veces transitado hasta la Ermita de San Bartolomé y un par de kilómetros más por el sendero habitual hasta que nos desviamos a la derecha y cogemos el Cañón de Valderrueda. Bonito camino ligeramente hacia arriba entre piedras, plantas e insectos.

Cuando la senda se acaba, tomamos la carretera y llegamos a Casarejos. Aquí nos espera, en principio,  la única cuesta exigente de la jornada. Cuando la superamos empieza la bajada y las bicis vuelan, en un momento hemos llegado a San Leonardo. Cogemos agua en la fuente, vaya tres chorros, y comemos un poco antes de continuar.

Comenzamos el camino de regreso, una señal nos indica la dirección hacia el “Puente de los siete ojos” pero un camino sin salida y un calambrazo en la valla nos hacen volver por donde hemos venido e ir a lo seguro, unos metros por carretera dirección Arganza. Ahora, bonita senda, paso por el rio con el nombre del pueblo y recuerdo de las hortigas en las piernas antes de llegar al puente con el mismo número de ojos que de ciclistas haciendo la ruta.

Desde aquí, conocido camino de vuelta por el Cañón del río Lobos, pequeña avería con una de las cadenas y varios pasos sobre las piedras que nos cruzan el río de lado a lado, btt en estado puro. Para terminar de ganarnos las bebidas, no sé si estaba previsto o no, subimos por Valdecea hasta el “Mirador de las Gullurías”, esta cuesta sí que cuesta, y deja pequeña a la de Casarejos que al final no ha sido la única de la etapa. Bajada por la senda del gato con las precauciones pertinentes y llegada al destino.

La logística hoy se merece un diez, tenemos cervezas, refrescos, bebidas isotónicas, patatas fritas, encurtidos,…, todo buenísimo, como entra. Solo se me ocurre decir: “No te digo que me lo mejores,…iguálamelo”.


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