Hoy se nos ha convocado un poco
antes de lo habitual para recorrer la “Ruta larga del Niskalo´18” que dentro de
cuatro domingos traerá hasta nuestro territorio a cientos de ciclistas. Se ve
que el gusanillo de la prueba ya va picando y queremos probar nuestras fuerzas
sobre el terreno de la ruta así que hay una afluencia que hacía tiempo no se
veía.
Con la espera de rigor, pero
puntuales, emprendemos el camino por el carril bici y enganchamos con la pista
que nos lleva hasta Alcubilla del Marqués. Los diez primeros kilómetros son
agradables y para rodar a gusto pero al poco de cruzar sobre el puente de la
autovía comienza la primera ascensión de la prueba que va rompiendo el grupo.
En esta subida nos encontramos por el camino a unos compañeros que han salido a
rodar unos kilómetros (aunque digamos que no, la gente entrena). En el alto nos
reagrupamos y continuamos la ruta hasta
la Atalaya de Quintanilla. Ahora toca bajar hacia el pueblo pero antes de
llegar nos desviamos hacia la derecha y subimos la cuesta de “las chorreras”.
Al vencerla nos encontraremos el primer avituallamiento el día de la prueba
pero hoy... no hay nada, cada uno que chupe de su bote.
Bajada por el monte con alguna
zona de arena que hay que cruzar con precaución y un tramo, más de subida que de bajada, que nos lleva a la “torreta del santo” y en la que nos espera el segundo
avituallamiento de la carrera pero hoy... tampoco hay nada. Así que cada uno se
come su plátano “espachurrao” y algún gel o barrita energética los más
previsores.
Se hace una parada corta porque
el aire viene frio y continuamos por terreno favorable que permite recuperar
las piernas y que en el kilómetro 34 separa la ruta corta de la larga (este año
no se va a colar nadie). Dos compañeros continúan por el camino de la derecha y
el resto vamos en sentido contrario hacia la Casona por zona minada de boñigas. Ahora una subida no
muy dura pero que se hace pesada por la gravilla suelta y giro a la izquierda
por zona de pinos hasta nuestras conocidas “torres gemelas” que cada uno
atraviesa como puede… la mayoría sin echar pie a tierra.
Cambio de sentido y dirección a
Valdelinares. Como el tercer avituallamiento previsto tampoco estaba hacemos
una parada en el pueblo para rellenar los botes y continuar por la pista hacia
Sotos. Pero no…, la sorpresa, que ya no es sorpresa, nos desvía antes de llegar
al pueblo y nos pone mirando hacia arriba. Subida entre los kilómetros 50 y 54
que da calor a las piernas.
Superado este momento se puede
decir que la prueba está vencida. Solo nos quedan tres kilómetros de sube y
baja, otros dos y pico de baja y baja con cuidado que te lanzas, y los últimos
ocho de llaneo en su mayor parte favorable que nos ponen en la meta con la
prueba superada y el almuerzo esperando.
Mención aparte al que no tuvo suficiente con una vez y se dió una segunda vuelta del tirón.
2 comentarios:
Hola, me gustaría conocer la dificultad técnica de la,prueba, si hay traileres, bajadas rotas.... y en definitiva si sería apta para quienes no somos muy técnicos bajando. Un saludo y gracias
En mi opinión la prueba es apta para cualquier ciclista capaz de aguantar este número de kilómetros. En las bajadas no hay zonas de especial peligro, pero siempre con moderación.
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