Los cuatro vientos 5-2-17

Levantarse, tomar el desayuno de rigor , coger los aparejos y salir, en la calle una ventolera que acojona, la tele dice que alerta de todos los colores por vientos, dan ganas de recular, pero es domingo y el domingo toca, de camino al punto de partida en la mente un pensamiento, que no haya nadie, que no haya nadie y así me vuelvo a casa....................

A la par dos por un lado y uno por otro se presentan a filas, todos de acuerdo, ¿qué pintamos aquí con el día tan cabrón?, ¿hacia dónde vamos?.....................¡nos vamos a la cantina a almorzar y a casa!.
No, no, no no, con un poco de estupidez y un mucho de coraje a pedalear hoy contra los cuatro vientos, por el camino hay que esquivar algún que otro charco desperdigado, recordar mil y una veces lo fuerte que sopla, y disfrutar de la jornada.

Ya que estamos metidos en faena apetece un poco de "parriba", así que rodeandolo por detrás y custodiado por las bodegas poco a poco, rampa a rampa acorralamos al castillo. momento retrato para documentar la historia. y por la otra cara hacia abajo.
Un rato de traqueteo por el camino de piedras y por la izquierda la subida de la pedriza ahora con viento de cola  es menos laboriosa, el granizo amenaza con aparecer, en la parte de abajo los charcos están dónde tienen que estar, un pequeño túnel para pasar bajo la vía, una reverencia al Campeador que inalterable sigue en su puesto, el aire sopla que sopla y la bici vuela que se las pela.