Hoy tocaba cambiar de aires. A las 9, salimos sólo 5
ciclistas (las fiestas de Osma hacen meya en el grupo) hacia tierras del Cid. Hemos
quedado en San Esteban con unos cuantos amigos para hacer una ruta por esos
bonitos paisajes. Cambiamos nuestro habitual GPS marca Carni-lost® por otro que
ya hemos usado alguno vez, con mayor cobertura por esa zona marca Fito-Go®.
Poco más de las 9 eran cuando, con un fresquito más que
generoso, salimos del frontón de la villa ribereña, algunos estrenando
equipación, otros con la habitual y una talla de más y alguno, al parecer, con
alguna talla menos, pero todos dispuestos a disfrutar de lo que sin duda, será
una buena mañana de ciclismo y buen rollo.
Primera referencia, Rejas. Enfilamos el polvoriento camino y
llano, llano alcanzamos la población desde la que, monte a través, afrontamos
una más que divertida senda. La naturaleza es sabia y ama a quien la ama, tanto
ha sido así, que los robles y encinas que nos abrían el paso, en ocasiones, nos
abrazaban en un tierno gesto de cariño. Alguno ha acabado como el chiste de “El
gato es mío y….” y es que, a veces, los amores matan.
Al converger en el camino que ha de llevarnos a Alcozar, la
morriña llega a quien, al sentir la cercanía de donde un día fue feliz
vendiendo chuletas de cuello, nos implora variar la ruta y marcar Bocigas como
el siguiente hito en nuestro globero periplo. Dicho y hecho, como no podría ser
de otra manera, nos introducimos una
nueva senda, algo más amable que la anterior que desemboca en una pista que nos
llevará hasta Bocigas.
Reponemos fuerzas, mientras de alguna divertida anécdota,
bajo la presidencia del espectacular diseño de la montaña que los elementos han
tallado con el paso de los siglos en ese bonito pueblo, y enseguida nos ponemos
en marcha hacia Alcozar.
Fotaca en el alto, donde se nos regala unas excelentes
vistas de todo el valle, y de horizonte, la majestuosidad de las cumbres,
especialmente bonitas hoy, día claro.
Nos presentamos en Alcozar tras una larga y rápida bajada
que a su fin nos reserva una sorpresa, sobre todo a los que aún no hemos
aprendido a guardar las fuerzas para lo que esté por llegar: hermosa cuesta
cementada de entre el 12 y el 21% según las fuerzas del que calcula.
Recuperamos del esfuerzo dando un par de vueltas por el frontón hasta que no se
qué inconsciente tienta al orgullo proponiendo subir al pie del castillo. Sólo
4 valientes arrancan aún jadeantes hacia la cima y sólo 2 la alcanzan.
Ya madura la mañana y toca volver al punto de partida.
Salimos de Alcozar buscando el camino de vuelta a Rejas y desde allí, a San
Esteban, a buen ritmo, a recuperar fuerzas y comentar la jornada.
Sin lugar a dudas, la de hoy ha sido una ruta excelente,
organizada y guiada de forma excelente y con gente excelente. Muchas gracias a
los amigos de San Esteban. Es un lujo compartir los caminos con vosotros y
disfrutar de vuestros preciosos paisajes.
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