Domingo de Resurrección, buen día para que alguno vuelva a tener contacto con la BTT.
Estos días primaverales en los que la temperatura entre la hora de salida y la de llegada puede variar veinte grados son un problema a la hora de elegir la ropa. Unos prefieren pasar frio al principio y terminar a gusto mientras que otros optan por vestir la equipación de invierno que a primera hora se agradece pero según pasan las horas va sobrando.
Comenzamos la ruta subiendo a la “torreta del santo” por el camino corto, esta vez no nos paramos a almorzar como de costumbre, solo hemos recorrido cinco kilómetros así que directamente atacamos el descenso por el asfalto y continuamos unos kilómetros por zona “Niskalo”.
Cuando abandonamos el recorrido de nuestra prueba nos dirigimos por buena pista hacia Berzosa y seguimos hacia Matanza. Muy cómoda esta primera parte del recorrido por caminos anchos perfectos para rodar sin miedo cosa que unos agradecen pero a otros les resulta aburrido. Una parada rápida para saludar y volvemos a rodar en dirección a Quintanilla donde toca repostar y planificar por donde volver.
Comenzamos la segunda mitad cambiando de terreno, caminos más rotos, con roderas y arena y más subidas y bajadas que como primer destino nos llevan hasta la Atalaya de Quintanilla. Para volver descendemos por “la cuesta del Fito” y llegamos hasta la autovía para empezar a atacar caminos menos transitados. Senderos estrechos entre los árboles, ramas caídas en el trayecto, cuestas con grava suelta,…. en definitiva que en un momento u otro todos tenemos que echar el pie a tierra.
Para ir terminando subimos a la Atalaya de Uxama y bajamos por la ladera por un camino inexistente apretando los frenos y esquivando piedras. Bajada de tensión de las que cuando llegas abajo te das cuenta de que ha sido divertida.
Los últimos kilómetros son de relax atravesando Osma y volviendo al punto de partida.
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