Ultima salida dominguera antes de
nuestro día grande. Dentro de siete días la VII Ruta del Nískalo será la
protagonista y animará las calles de la Villa. De momento hoy toca seguir
engrasando el motor para intentar afinarlo un poco más. ¿Dónde vamos hoy? Hay
una propuesta sobre una zona y una cuesta a subir, bueno, pues vamos hacia esa
zona y… la cuesta… “tú tranquilo que vas a tener cuestas para elegir”, ¡qué
peligro!
Comenzamos por la senda que nos
lleva a Barcebalejo, los que han elegido maillot corto todavía notan el frío de
primeras horas pero se va viendo que han acertado y que esto va a cambiar. En seguida estamos en Valdelubiel y empezamos
a subir, subida larga que a su fin da pié a una bajada de las que dan tiempo a
disfrutar, pero claro, si estamos otra vez abajo ahora ya sabemos lo que toca,
pues nada sube piñón y hacia arriba hasta “Cabeza Lobera”, buff ya sobra todo,
menos mal que desde aquí las bicis van solas hasta Valdeavellano de Ucero.
Seguimos nuestro camino y nos
detenemos un momento en el “Nacedero de
la Onseca”. Algunos ya se han ganado el avituallamiento y aprovechan este minutillo
para darle cuenta y no viene nada mal porque, aunque esta zona es una maravilla
para recorrerla en bici, hasta llegar a Aylagas hay que volver a apretar los
dientes, ascender otro buen trecho y tener cuidado en la bajada. Ahora sí, en
el pueblo, descanso, historias y un bocado, agua no porque la fuente no nos da.
Reiniciamos la ruta y al poco el
camino desaparece, hay que pasar un campo labrado, echando pié a tierra y otro en
el que vamos haciendo el camino al rodar, menos mal que a todos no les llegó
defectuoso el sentido de la orientación y como preveían llegamos a la zona de
“Rio Chico” y enfilamos la subida al Castillo de Ucero y la bajada al pueblo.
Probamos otra cuesta desconocida para casi todos que nos lleva a unas antenas y
cogemos con ganas el camino de vuelta.
Un rato de sentido contrario a la ruta larga del Nískalo y otro en que tomamos el sentido correcto, aprovechando para comprobar que las piedras guía están correctamente pintadas y colocadas y si alguna no gusta se vuelve a poner para que quede perfecta. Después de la bajada a Valdelubiel, ya se sabe, la senda del Ucero anima al grupo entero,… bueno, algunos ya solo se animan con las cervezas y los torreznos que ya se saborean.
Aparcamos las bicis y sucede
algo así:
- Juan Pablo, no nos pongas mucho de picar que hay que ir a comer.
- Bueno, esos torreznos, el jamoncito, las aceitunas, los frutos secos,… ya vale, que nos liamos.
- ¡Otra caña grande!
- Venga, la cuenta que nos vamos.
- ¿Nos sobra algo de pasta? Pues la última, pero pequeña.
- Y ya puestos…, unos pocos
callitos, para probarlos, jajajajaja, … y bien ricos que están, ¡que crack!
En fin, buenos momentos.